Este blog fue escrito por Ben Buckland, Asesor Principal de Supervisión de la APT, como prólogo para el Informe Anual 2021-2022 del Defensor del Pueblo de la Commonwealth.
El Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura nació hace 20 años. En términos de obligaciones, no aportaba nada nuevo. Los países de todo el mundo ya tenían la obligación de prevenir la tortura. Sin embargo, en la práctica fue revolucionario.
Al crear un sistema internacional de órganos de visita, incluyendo al Subcomité para la Prevención de la Tortura (SPT) a escala internacional y a los mecanismos nacionales de prevención (MNP) a escala nacional, el OPCAT dio origen a un mundo en el que ningún lugar en el que haya personas privadas de libertad debe permanecer cerrado a ojos ajenos.
Cuando nos pidieron a la Asociación para la Prevención de la Tortura (APT) que escribiéramos este prólogo para el Informe Anual 2022 del MNP de la Commonwealth, pensé que sería una buena oportunidad para presentar el OPCAT de forma muy práctica, hablando de cómo, a lo largo de las dos últimas décadas, los MNP de todo el mundo han demostrado la fuerza de este sistema y el enfoque que aporta para resolver los problemas en materia de detención.
Una de ellas es la forma en que los MNP aportan una mirada objetiva y externa que les permite cuestionar las prácticas dentro de instituciones que, de otro modo, estarían cerradas. En Noruega, por ejemplo, al realizar visitas de día y de noche, el MNP pudo descubrir que el personal que trabajaba en diferentes turnos no interactuaba y tenía sus propias subculturas y métodos de trabajo, incluso en relación con prácticas graves como el uso de la fuerza.
Los MNP de todo el mundo también prestan atención a las personas en situación de vulnerabilidad. El MNP de Paraguay, por ejemplo, llamó la atención, a través de sus visitas, sobre la institucionalización de los niños/as, lo que condujo finalmente al cierre de hogares de acogida para niños/as y a su reintegración en entornos comunitarios y familiares.
Si bien los MNP se centran en la dignidad humana, definida en sentido amplio, también han desempeñado un papel clave a la hora de descubrir y prevenir las violaciones más graves de los derechos humanos. En Filipinas, por ejemplo, la Comisión de Derechos Humanos, en calidad de MNP interino, descubrió una celda oculta tras una estantería en una comisaría de policía de Manila, donde hombres y mujeres eran maltratados o incluso torturados en secreto.
Mientras que muchos países, antes de la ratificación del OPCAT, contaban con sistemas de tramitación e investigación de quejas, el establecimiento de MNP a menudo ha traído consigo un enfoque sobre cuestiones y procesos sistémicos que requieren un enfoque a largo plazo. En Togo, por ejemplo, el MNP ha intentado combatir los niveles extremos de hacinamiento centrándose en la detención preventiva: monitoreando y formulando recomendaciones relativas a cada etapa del proceso, desde la custodia policial hasta la comparecencia ante el tribunal y la prisión. Donde las instituciones estatales y la sociedad civil han estado a menudo en oposición en relación con las cuestiones de detención, el OPCAT ha brindado la oportunidad en muchos lugares de trabajar más estrechamente. En Armenia, por ejemplo, el MNP ha establecido un sistema formal para la participación de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) en las visitas del MNP, lo que les permite beneficiarse de la experiencia de las OSC.
El OPCAT también ha abierto nuevos lugares al monitoreo. En Nueva Zelanda, antes de la creación del MNP no existía un monitoreo independiente de las instituciones de salud y discapacidad. Y una vez que empezaron a visitar proactivamente dichas instituciones, descubrieron una serie de problemas graves, como el uso de camas de contención, salas de reclusión y otras prácticas de control.
Si bien los MNP se centran principalmente en las personas detenidas, también desempeñan un papel en la mejora de las condiciones de trabajo del personal, como parte de su enfoque sistémico de la detención. Esto incluye, por ejemplo, el trabajo realizado por el MNP del Reino Unido para arrojar luz sobre las causas de la grave escasez de personal en las prisiones y el impacto que esto ha tenido tanto en el personal existente como en los detenidos.
El sistema OPCAT también se basa en un espíritu de diálogo y cooperación. Esta es la razón por la que, por ejemplo, el MNP suizo, cuando decidió trabajar temáticamente sobre la detención de menores, realizó una serie de visitas a lugares de detención de menores y luego convocó una reunión a puerta cerrada con los responsables de cada establecimiento para discutir y explicar previamente sus recomendaciones. Manteniendo su independencia, esta conversación significó que las recomendaciones finales fueron ampliamente apoyadas por las propias instituciones y, por lo tanto, mucho más susceptibles de ser implementadas rápidamente.
Adherirse al OPCAT significa también unirse a una comunidad mundial de prevención de la tortura, en la que los MNP intercambian buenas prácticas y se apoyan mutuamente en su misión. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID, los seminarios web regulares de los MNP, organizados por la APT, permitieron a las instituciones de monitoreo de todas las regiones del mundo compartir ideas sobre cómo continuar monitoreando los lugares existentes, así como la forma de abordar las visitas a nuevos lugares, incluidos los sitios de cuarentena.
Australia se encuentra en una encrucijada. Horribles sucesos como los de Don Dale en 2016 y Banksia Hill hace unos meses han atraído la atención y las recomendaciones sobre problemas que han existido durante demasiado tiempo. Ahora, cinco años después de la ratificación del OPCAT, tenemos la oportunidad de crear un cambio en todo el país - en la ley, en la práctica y en la supervisión - mediante el establecimiento y la plena financiación de órganos de MNP en cada estado y territorio. Como APT, acogemos con satisfacción estos avances y apoyamos al Defensor del Pueblo de la Commonwealth y a los MNP de todos los estados y territorios en su avance hacia la apertura de todas las instituciones cerradas a las visitas sin previo aviso de observadores independientes, en cualquier momento, y la creación de un marco para el compromiso y el diálogo constructivo sobre cómo resolver los problemas que todos reconocemos que existen.
Porque juntos y juntas podemos prevenir la tortura.