El pasado mes de junio, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) aprobó la resolución 43/1, relativa a la "Promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los/as africanos/as y de los afrodescendientes contra el uso excesivo de la fuerza y otras violaciones de los derechos humanos por los/as funcionarios/as encargados/as de hacer cumplir la ley".
La resolución fue adoptada en el contexto de la indignación mundial en torno a la tortura y el asesinato de George Floyd por un oficial de policía en Minneapolis (EE.UU.). En ella se encomienda a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) que elabore un informe sobre el racismo sistémico en la aplicación de la ley y el sistema de justicia penal.
En respuesta a una solicitud de aportaciones para este informe, la APT presentó una comunicación que explora el nexo entre la tortura y el racismo sistémico. En nuestra comunicación se señala que el "enfoque preventivo" proporciona un marco útil para determinar posibles soluciones para transformar las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley.
Soluciones sistémicas a un problema sistémico
En situaciones en las que los agentes del Estado utilizan la tortura y/o muestran un comportamiento racista, las mismas narrativas - por ejemplo; "unas cuantas manzanas podridas" - se utilizan a menudo para minimizar su naturaleza sistémica, para negar la necesidad de una transformación audaz y para rechazar la responsabilidad colectiva. Este argumento erróneo e infundado no sólo borra las experiencias vividas por quienes sufren directamente estas realidades sistémicas, sino que también impide la elaboración de cualquier solución significativa.
Por ello, en nuestra comunicación proponemos una transformación integral de las instituciones de aplicación de la ley y de la justicia penal a fin de desmantelar de manera significativa y duradera el racismo sistémico. Esto no es sólo una ilusión. Nuestra propuesta se basa en la investigación y la práctica. Examinamos las políticas de contratación, la cultura institucional, la rendición de cuentas y la supervisión para presentar medidas que -tomadas en su conjunto- puedan abordar el racismo sistémico.
Abordar las causas fundamentales
En la APT, nos centramos en identificar y mitigar los riesgos de tortura y otros malos tratos. De acuerdo con este enfoque, identificamos la necesidad de erradicar el racismo sistémico en la aplicación de la ley y el sistema de justicia penal.
El racismo es una de las causas fundamentales de la tortura y otros malos tratos. El racismo busca deshumanizar a ciertas personas. Construye una realidad alternativa en la que algunos son considerados indignos de los derechos humanos más básicos. Esto abre la puerta a las más atroces violaciones de los derechos y la dignidad. Dentro de las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley, el racismo, y en particular el racismo sistémico, coloca a ciertos individuos en situaciones de mayor riesgo de tortura y otros malos tratos.
También sabemos que las personas, especialmente las de grupos marginados, corren mayor riesgo de ser torturadas y otros malos tratos en los primeros momentos de la custodia policial. Este es el momento en que el desequilibrio de poder es mayor.
Sin embargo, la aplicación efectiva de ciertas salvaguardias jurídicas y procesales puede reducir -y de hecho lo hace- este desequilibrio de poder y mitigar los riesgos de tortura y otros malos tratos. Por eso dedicamos gran parte de nuestro trabajo a promover la aplicación efectiva de salvaguardias como: recibir información sobre los derechos de uno, recibir asistencia legal y médica, y poder notificar a un familiar de la detención de uno.
Al abordar con seriedad el racismo sistémico e institucional, y al aplicar eficazmente las salvaguardias en la custodia policial, los Estados pueden mitigar algunos de los riesgos de tortura y otros malos tratos. Al hacerlo, cumplen sus obligaciones internacionales de prevenir la tortura y otros malos tratos.
Nuestra contribución a la importante labor del ACNUDH sobre el racismo sistémico en la aplicación de la ley y el sistema de justicia penal encaja en el esfuerzo a más largo plazo de la APT. Como parte de nuestro Plan Estratégico 2020-2023, seguiremos explorando el nexo entre la prevención de la tortura y la lucha contra el racismo sistémico.