Los Mecanismos Nacionales de Prevención (MNP) de todo el mundo cuentan con un amplio asesoramiento y orientación autorizada sobre cómo desempeñar sus funciones, incluyendo cuestiones como la independencia, la metodología de las visitas y el trabajo con las partes interesadas.
 

Sin embargo, tras muchos años de trabajo en y con los MNP y otros órganos de monitoreo de la detención, nos hemos dado cuenta de la escasa orientación que existe para los MNP sobre qué tipo de herramientas de monitoreo - indicadores, expectativas, criterios, normas - pueden apoyar mejor su trabajo, y cómo proceder para desarrollarlas.
 

Existen diversos enfoques adoptados por los MNP de todo el mundo, así como por los órganos internacionales de monitoreo de la detención. Se ha producido un cierto alejamiento de la elaboración de «normas», como las publicadas anteriormente por el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura.
 

Algunos MNP y sus órganos miembros utilizan «expectativas» (Reino Unido, Nueva Zelanda, Australia) que guían su enfoque durante las visitas, y que generalmente establecen lo que esperan ver en términos de trato y condiciones o «resultados» para las personas detenidas, apoyados por indicadores. Otros utilizan documentos ad hoc elaborados para tipos de entornos o temas específicos, y a menudo se trata de documentos internos.
 

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Existen diferencias importantes, aunque a menudo sutiles, en lo que estos enfoques intentan conseguir, pero lo que todos tienen en común es que forman parte de la preparación de las visitas por parte de los MNP, estableciendo indicadores claros sobre las cuestiones a investigar y expresando en algunos casos lo que esperan encontrar.
 

En nuestro trabajo, hemos visto cómo la práctica de los MNP ha evolucionado orgánicamente, inspirándose en las experiencias y herramientas de otros. Este es uno de los grandes puntos fuertes del marco del OPCAT, apoyado además por la miríada de formas formales e informales en las que los MNP se conectan y aprenden unos de otros.
 

También somos muy conscientes de que, si bien existen pocas orientaciones sobre los modelos que pueden ser útiles, hay fuertes indicaciones y opiniones sobre los modelos que deben evitarse[1].
 

Creemos que los MNP necesitan herramientas prácticas que les ayuden a orientar su trabajo y a aplicar los principios generales del enfoque preventivo. De hecho, el desarrollo del tipo adecuado de herramientas de monitoreo puede aislar de los enfoques de lista de control/auditoría/mecanicismo que los MNP deberían evitar, y fortalecer su enfoque de prevención de los malos tratos. Pueden ayudar a los MNP que cuentan con personal multidisciplinar o con un gran número de voluntarios en la tarea de aplicar las normas de derechos humanos, que a veces pueden ser difíciles de localizar, de interpretar o escuetas en cuanto a las cuestiones prácticas a las que se enfrentan.
 

He aquí cinco consejos para los MNP que estén considerando cómo desarrollar herramientas de monitoreo que puedan ayudarles a implementar su mandato de prevención.
 

1. 1. Establecer el marco
 

Las herramientas de monitoreo pueden ayudar a los MNP a enmarcar y establecer el tono de su trabajo, proporcionar enfoque y flexibilidad, y facilitar la atención y cobertura de cuestiones clave de derechos humanos. En el caso de los MNP formados por órganos preexistentes, como los cuerpos de inspectores o de defensores del pueblo, estas herramientas pueden ayudar a integrar los cambios necesarios en el enfoque y la orientación. También informan sobre la forma en que el personal y los voluntarios llevan a cabo el trabajo cotidiano de las visitas, y sobre lo que acaba apareciendo en sus informes y recomendaciones.
 

Las herramientas de supervisión deben tener algunos elementos cruciales:
 

  • Lograr un equilibrio entre proporcionar estructura a los monitores de detención y no dar una fórmula rígida que impida la flexibilidad. No pueden ni deben ser exhaustivas.
     
  • Proteger contra la subjetividad y la parcialidad y garantizar que el personal/los voluntarios que no sean expertos en derechos humanos puedan seguir informándose del espíritu y la sustancia de los mismos.
     
  • Encarnar la independencia del MNP, comunicando criterios independientes que se apoyen en las normas de derechos humanos.
     
  • Integrar y comunicar las normas de derechos humanos de forma pertinente y comprensible para los distintos públicos.
     

También alentamos a los MNP a publicar estas herramientas, siempre que sea posible, ya que ello aporta transparencia y comunica la metodología y los valores del MNP a las personas sujetas a escrutinio, a las personas detenidas en los lugares que visitan y a las partes interesadas en general.
 

2. Lo que es apropiado y útil depende del contexto
 

Somos plenamente conscientes de que una herramienta de monitoreo que funcione para un MNP no necesariamente funcionará para otro. No existen modelos institucionales rígidos para los MNP, por lo que las herramientas de monitoreo deben tener en cuenta la gobernanza, la cultura, la metodología y el contexto de la organización. Es importante ser conceptualmente claro en cuanto a la finalidad y el objetivo de cualquier herramienta.
 

Un nuevo MNP necesitará probablemente herramientas diferentes a las de un órgano establecido desde hace mucho tiempo con metodologías bien arraigadas. Y, como han subrayado recientemente Rebecca Minty y Andreea Lachsz, los MNP deben adaptar las normas de derechos humanos a los contextos locales para que tengan sentido. Esto es particularmente relevante en los casos en los que las normas de derechos humanos establecen un listón más bajo que la política nacional. Los MNP no deben comprometer por ello sus expectativas.
 

3. Lleva tiempo
 

Dado que el marco que un MNP utilice para el monitoreo influirá, dará forma e informará sobre las cuestiones que identifique y, en consecuencia, sobre los informes y recomendaciones que emita, es crucial que estas herramientas sean correctas. Desarrollarlas requiere tiempo y experiencia y, según nuestra experiencia, su perfeccionamiento exige un trabajo considerable. Pequeñas diferencias de redacción pueden influir mucho en su utilización. La consulta a las partes interesadas es importante, al igual que el pilotaje y la evaluación continua. Una vez redactado, un MNP tendrá que retocarse, perfeccionarse y, a veces, replantearse.
 

4. Las herramientas son sólo una pieza del rompecabezas
 

Advertimos contra una excesiva dependencia de las herramientas de monitoreo para garantizar que los MNP sigan siendo flexibles en su forma de trabajar y en su capacidad para responder a prácticas nuevas y emergentes, o a circunstancias inesperadas. El número de herramientas desarrolladas por los MNP para apoyar su trabajo durante la pandemia de COVID es un ejemplo de ello. Sin embargo, las herramientas también deben ir de la mano de otras medidas, incluyendo la formación del personal, el liderazgo estratégico y las culturas de reflexión interna y desafío.
 

5. Lagunas y áreas de desarrollo futuro
 

Si bien existen muchas herramientas de monitoreo de alta calidad de las que los MNP pueden aprender, hay áreas que están menos desarrolladas. Al redactar las expectativas en materia de salud mental para el MNP de Tasmania, nos llamó la atención la ausencia de herramientas de MNP de las que aprender, así como los desafíos que plantea la interpretación de las normas internacionales de derechos humanos para sustentarlas. Es interesante observar que, de hecho, son algunos de los MNP más recientes los que están desarrollando las primeras herramientas de monitoreo para contextos ajenos a la justicia penal; por ejemplo, las expectativas en materia de salud mental de Tasmania y las expectativas de monitoreo en materia de atención a la tercera edad de Nueva Zelanda. Más allá de esto, existen razones de peso para que los MNP consideren la posibilidad de centrarse más en el desarrollo de herramientas de monitoreo para cuestiones transversales, como la discriminación o la restricción, a fin de crear coherencia en el enfoque y profundizar el pensamiento crítico sobre cuestiones sistémicas.
 

Autores
 

Louise Finer fue la directora del MNP del Reino Unido entre 2013 y 2020, y en la Inspección Penitenciaria de Su Majestad contribuyó al desarrollo de «Expectativas» para el monitoreo de diferentes tipos de custodia y cuestiones temáticas. Desarrolló la primera guía del MNP para el monitoreo del aislamiento y la reclusión en régimen de aislamiento en todos los tipos de privación de libertad. Actualmente trabaja como consultora independiente en diversos proyectos de política, investigación y formación.
 

Sarah Cooke fue Comisionada de la Ley de Salud Mental y visitó innumerables centros en los que se recluía a personas en virtud de la ley de salud mental; ahora es juez de un tribunal de salud mental y consultora independiente que trabaja en proyectos de estrategia, formación y asesoramiento.
 

Trabajando juntas, Louise y Sarah han desarrollado herramientas de monitoreo sobre la detención de inmigrantes para los Consejos de Monitoreo Independientes (Reino Unido) y la primera herramienta integral de monitoreo de MNP para la detención por motivos de salud mental, para el MNP de Tasmania.
 

[1] Por ejemplo, el Subcomité de la ONU para la Prevención de la Tortura critica, con razón, la práctica de los MNP que se proponen evaluar el cumplimiento de las políticas nacionales y de las normas jurídicas, pero aporta pocas ideas que orienten a los MNP sobre los enfoques útiles a adoptar. Véase también Malcom Evans (ed), 'Capítulo 12: La prevención de la tortura' en Research Handbook on Torture (2020).

Blog Thursday, September 12, 2024