En las últimas semanas, todas y todos hemos tenido que adaptar drásticamente nuestra forma de trabajar. Para los órganos de monitoreo de todo el mundo, las cuarentenas, el confinamiento y la distancia social suponen múltiples retos.
Estas circunstancias agravan las situaciones de vulnerabilidad existentes de las personas privadas de libertad, incluso en las prisiones, los centros de detención de migrantes, las instituciones psiquiátricas o los hogares para personas adultas mayores. Además, obligan a los órganos de monitoreo a pensar de manera diferente para seguir cumpliendo su mandato de forma alternativa.
Desde la APT decidimos convocar una serie de cuatro webinar con los Mecanismos Nacionales de Prevención (MNP) y otros órganos de supervisión nacionales e internacionales de todo el mundo, para abordar estas circunstancias sin precedentes. Facilitamos intercambios sobre los desafíos, prácticas y soluciones en este contexto de emergencia de salud pública, y contribuimos a acercar más esta comunidad de práctica, en un momento en que el trabajo a distancia se ha convertido en la norma. Estas sesiones, celebradas en inglés, español y francés, reunieron a más de 110 participantes de 40 países diferentes, en todas las regiones del mundo.
A continuación, incluimos una primera reseña de lo que surgió durante estas discusiones.
Los MNP implementan formas alternativas de llevar a cabo el monitoreo de los lugares de privación de libertad
Guiados por el principio de "no hacer daño", los MNP han adoptado diversos abordajes para adaptar sus actividades de monitoreo. Algunos han decidido mantener las visitas presenciales con mayores medidas de protección para sus miembros y para las personas privadas de libertad, mientras la mayoría ha decidido suspender sus visitas. Por ello, han tenido que identificar métodos alternativos de monitoreo, como el aumento de la comunicación telefónica y digital con las autoridades, las personas privadas de libertad y sus familias; el uso de redes sociales y otras fuentes para triangular la información recibida; y, en algunos casos, el monitoreo y las visitas virtuales a través de tecnologías de video. Las circunstancias actuales también nos recuerdan las facultades y prerrogativas específicas de los MNP en virtud del Protocolo Facultativo de la Convención de Naciones Unidas contra la Tortura (OPCAT). Los poderes de visita de los MNP no deberían verse amenazados en este período, y deberían ser los mismos MNP quienes decidan si realizar o no realizar las visitas.
Se aplican medidas no privativas de la libertad para reducir el hacinamiento
El hacinamiento no es un tema nuevo, pero esta situación de salud pública ha arrojado una nueva luz sobre esta dramática realidad. En un esfuerzo por abordar el hacinamiento y el inmenso riesgo de contagio adicional que esto conlleva durante una pandemia, los MNP y otros órganos de supervisión han abogado por la aplicación de medidas no privativas de la libertad para disminuir tanto el número de nuevas personas que están detenidas como el número de personas ya detenidas. Muchos gobiernos de todo el mundo han adoptado medidas de este tipo, que van desde la disminución del número de detenciones, la conmutación de penas, la libertad condicional y los indultos. En nuestro Centro de Información sobre COVID-19 y personas privadas de libertad se puede encontrar información más específica sobre todas estas medidas a nivel de país.
Medidas preventivas en los lugares de privación de libertad
Para prevenir la propagación del virus durante la detención, las autoridades han establecido nuevas políticas, como la suspensión de todas las visitas familiares y de las actividades culturales, profesionales y sociales. Estas medidas pueden exacerbar la sensación de aislamiento ya existente y pueden tener consecuencias dramáticas en contextos en que las personas privadas de libertad dependen de sus familias para su subsistencia. Los MNP han monitoreado y abogado por la aplicación de medidas alternativas para aliviar los efectos de esas restricciones, como la ampliación de los privilegios telefónicos y el uso de tecnologías de videoconferencia. En algunos contextos, las y los nuevos detenidos son separados del resto de la población por un período de 14 días para evitar la contaminación. Preocupa a los MNP que en algunas circunstancias esas medidas puedan constituir de facto un aislamiento. Esto es particularmente problemático cuando las personas en situación de vulnerabilidad, como las y los niños o las personas con discapacidad, son colocadas en aislamiento total.
Salvaguardias jurídicas y procesales amenazadas
Muchos MNP y órganos de supervisión han compartido que las salvaguardias jurídicas y procesales se ven afectadas negativamente por las restricciones establecidas. En algunos contextos, se ha restringido o incluso suspendido el acceso a las y los abogados en detención. Además, la suspensión de todas las audiencias, en algunas jurisdicciones, crea graves problemas en relación con el derecho de hábeas corpus, la excesiva detención administrativa y preventiva. Las salvaguardias jurídicas y procesales, incluido el acceso a un/a abogado/a, un examen médico, la notificación a la familia y el acceso a mecanismos independientes de denuncia, son fundamentales para proteger los derechos de las personas más vulnerables en esas situaciones excepcionales, y no se puede renunciar a ellas.
Aplicación del confinamiento y la cuarentena conlleva a la detención y al uso excesivo de la fuerza
Esta situación ha dado lugar a nuevos lugares de privación de libertad, en los que las personas se encuentran en cuarentena o confinadas. Algunos MNP han visitado tales instalaciones o tienen previsto hacerlo. Además, la aplicación de la cuarentena, el confinamiento y el toque de queda ha dado lugar, en algunos contextos, a un uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas del orden y del ejército, así como a arrestos y detenciones. Con frecuencia, se recurre a ese uso de la detención sin las salvaguardias jurídicas o procesales adecuadas.
Gracias a esta primera serie de webinar, identificamos los desafíos y las necesidades relacionadas con el monitoreo de los lugares de detención en tiempos de COVID-19. A fin de responder a estas necesidades, en las próximas semanas, con el apoyo de la OSCE/ODIHR, desarrollaremos una breve guía práctica sobre el monitoreo en tiempos de COVID-19, basada en la diversidad de prácticas compartidas por nuestras contrapartes en esta primera serie de webinar, las recomendaciones existentes de los órganos internacionales y regionales, y la información recopilada a través de nuestro Centro de Información sobre COVID-19 y personas privadas de libertad. También organizaremos webinar temáticos con expertas/os en diferentes ámbitos para continuar los enriquecedores debates e intercambios.