Han pasado diez años desde el día en que se produjo la tan esperada llamada de Nueva York, al rededor de la medianoche. “¡Se acaba de adoptar: 127 votos a favor, 4 en contra y 42 abstenciones!” ¡Qué alivio tan grande! Después de veinticinco años de duro trabajo de las ONG y de algunos diplomáticos y diplomáticas comprometidas, la mayoría de los miembros de la Organización de Naciones Unidas habían acordado finalmente aprobar el Protocolo Facultativo de la Convención de la ONU contra la Tortura (OPCAT), y establecer así un nuevo sistema de prevención de la tortura a través del monitoreo regular de todos los lugares de privación de libertad.
Diez años más tarde, 65 Estados han ratificado el OPCAT, otros 21 lo han firmado y se han esta-blecido 46 mecanismos nacionales de prevención (MNP). Un comité de la ONU formado por 25 expertos y expertas (el SPT) trabaja con los Estados Parte y con los MNP para implementar el Protocolo.
El año pasado, cuando convocamos el Foro Mundial sobre el OPCAT para hacer el balance de dónde nos encontrábamos y hacia dónde teníamos que ir, fue claro para todas las más de 300 personas que participaron, que, en la práctica, los MNP eficaces son la clave para que el OPCAT marque realmente la diferencia en la prevención de la tortura y los malos tratos.
¿Cómo podemos conseguir asegurar un mayor número de ratificaciones del OPCAT? Creo que tenemos que aprender de los logros conseguidos, referentes a la ratificación del OPCAT, durante estos diez años. En aquel momento, once de las principales ONG internacionales del mundo de los derechos humanos, trabajaron juntas durante todo el año 2002, en estrecha colaboración con algunos Estados muy comprometidos. Juntos garantizaron el éxito, convenciendo a los Estados para que apoyasen el texto, que había sido presentado por el Presidente del grupo de redacción, como el mejor compromiso alcanzable sin menoscabo de la propuesta original.
Ahora tenemos una nueva campaña internacional, con la que creo que se pueden lograr mayores avances, tales como la ratificación universal de la Convención de la ONU contra la Tortura y del OPCAT, y su implementación efectiva.
¿Por qué creo que esto es factible durante los próximos diez años?
En primer lugar, en la última década el mundo ha estado expuesto al riesgo existente de tortura y malos tratos en todos los países. Cualquiera que lo niegue se está engañando a sí mismo y a sus conciudadanos y conciudadanas. Lo que no se puede negar es que existe la posibilidad de tomar medidas para reducir esos riesgos.
En segundo lugar, los órganos y mecanismos de la ONU en materia de derechos humanos han evolucionado mucho durante la última década, hasta convertirse en la luz que ilumina la implementación de las normas internacionales de derechos humanos en todos los países, sin excepción alguna. Una de las recomendaciones que más han formulado los Estados en el Examen Periódico Universal, ha sido la ratificación e implementación de los dos tratados contra la tortura.
En tercer lugar, el movimiento de los derechos humanos se ha desarrollado en dos prometedoras direcciones, el fortalecimiento de las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos y las ONG, y el fortalecimiento de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, actores que en su mayoría han tomado interés activo en la lucha contra la tortura.
En cuarto lugar, los medios de comunicación, tradicionales y sociales, han hecho pública la terrible realidad sobre lo que ocurre en los lugares de detención a plena luz del día, lo cual es necesario para provocar debates públicos sobre las políticas penales.
Y por último, los mecanismos regionales de derechos humanos han dado una mayor importancia a este desafío y están contribuyendo a llevar la responsabilidad de este asunto a donde debe estar: con las autoridades nacionales.
Sin embargo, con frecuencia los Estados necesitan un empujón para tomar las medidas oportunas, ya sea por medio de los políticos, de los medios de comunicación o de la sociedad civil. De ahí la necesidad de una nueva e importante acción a nivel mundial, que requerirá que unan sus fuerzas una variedad mucho más amplia de actores, para obtener un compromiso verdaderamente universal en aras de erradicar la tortura y otros malos tratos.
Nosotros, en la APT, vamos a hacer todo lo que podamos, pero tú ¿qué vas a hacer para lograr este objetivo?