En ocasión del Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de la Tortura, un grupo internacional de personas expertas* hace un llamado al apoyo global para desarrollar una serie de directrices sobre prácticas investigativas, como medio para prevenir la tortura alrededor del mundo.
Junio 26, 2018 (Ginebra/Washington DC/Oslo) – Alrededor del mundo, constantemente nos enfrentamos a la realidad de que la tortura, particularmente en las primeras horas posteriores a la detención y en el contexto de interrogatorios realizados por la policía u otros agentes encargados de hacer cumplir la ley, continúa a pesar de su prohibición absoluta. Muchas víctimas provienen de comunidades marginalizadas y carecen de servicios legales apropiados o de redes de apoyo. En nombre de la creciente preocupación por la seguridad ciudadana y de la lucha contra el crimen y el terrorismo, las violaciones de derechos humanos se han normalizado y extendido cada vez más.
Hoy, en ocasión del Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de la Tortura, les invitamos a apoyar el desarrollo de estándares universales sobre cómo las y los agentes encargados de hacer cumplir la ley deben conducir entrevistas no coercitivas e implementar y respetar las salvaguardias fundamentales durante las investigaciones.
“Las directrices estarán basadas en décadas de investigación científica y la evidencia que inequívocamente demuestra que la tortura y la coerción no funcionan, y que de hecho producen información falsa”, explicó Lilian Stein, Profesora de Psicología en la Pontificia Universidad Católica de Río Grande do Sul, Brasil.
“Las y los agentes encargados de hacer cumplir la ley usualmente trabajan en ambientes difíciles, y no reciben un entrenamiento adecuado- lo cual puede convertirse en una excusa y en un ambiente propicio para recurrir a la tortura u otras prácticas coercitivas durante las entrevistas e investigaciones. Las directrices serán un medio esencial para proveer la tan necesaria orientación práctica para investigadores, y para cambiar prácticas en el terreno,” dijo Asbjørn Rachlew, superintendente de la policía noruega.
Al encontrar víctimas en nuestro trabajo diario, sabemos que el impacto de la tortura es devastador no sólo para cada víctima, sino también para las sociedades en su conjunto, porque debilita la confianza en las instituciones públicas, diluye el estado de derecho, y genera más crímenes e inestabilidad. “El desarrollo de las directrices es esencial para asegurar la rendición de cuentas del Estado, y por ello contribuirán a la erradicación de la tortura,” enfatizó Ruth Ssekindi, Directora de Quejas de los Servicios Legales y de Investigaciones de la Comisión de Derechos Humanos de Uganda.
Es el momento apropiado para hacer de la prohibición absoluta de la tortura una realidad y para alejarnos de la confesión como objetivo central de los sistemas de justicia penal. Llamamos a la comunidad internacional a crear una coalición amplia para apoyar el desarrollo de estas directrices. Al hacerlo, estaremos un paso más cerca de poder prevenir entre todos el uso de la tortura alrededor del mundo, al reforzar la prohibición legal absoluta, transmitir la realidad de que la tortura no “funciona” en la práctica, y proveer orientaciones prácticas necesarias a los agentes encargados de hacer cumplir la ley, y a las autoridades.
* El “Comité Directivo” para el proceso de desarrollo de un conjunto de directrices para entrevistas de investigación y de las salvaguardias legales, está compuesto por 15 personas expertas en los campos de aplicación de la ley, psicología y derechos humanos: Ray Bull, Mark Fallon, Veronica Hinestroza, Juan E. Méndez, Zaza Namoradze, Gavin Oxburgh, Pau Perez-Sales, Asbjørn Rachlew, Therese Maria Rytter, Mary Schollum, Rebecca Shaeffer, Ruth Ssekindi, Lilian Stein, Sean Tait, y Mark Thomson.
El trabajo del Comité es apoyado por un grupo de coordinación que refleja la colaboración institucional entre la Iniciativa contra la Tortura, la Asociación para la Prevención de la Tortura, y el Centro Noruego de Derechos Humanos.